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La Gran farsa del estilo personal

Cuando hablamos de tener estilo nos vienen imágenes de prendas de lujo, tendencias y sobretodo, lo asociamos con ciertas figuras emblemáticas del mundo de la moda. Nos imaginamos a estrellas de Hollywood o ahora último, a las estrellas de Internet: los influencers. Lamentablemente, hay una falsa creencia de que el estilo le pertenece solo a unos pocos, o a la gente que está relacionada al mundo de la moda o imagen pública. Y con esa gran farsa del estilo personal convertida en una creencia limitante, muchos pierden la oportunidad de no solo explorar su estilo al vestir, también de encontrar un vínculo más fuerte con su imagen física y, por ende, con su imagen interna.

Así como todos tenemos nuestra personalidad y es parte intrínseca del ser humano, de la misma forma tu estilo es tu personalidad al vestir. Por lo que es, muy difícil (por no decir imposible) que una persona no tenga estilo. Sería como decir que alguien no tiene personalidad, no tiene intereses, no tiene gustos propios, no tiene características que lo definen.

Entonces, ¿por qué sentimos que no tenemos estilo?

Una vez que derribamos esa falsa creencia, (el estilo es solo para unos pocos o que está ligado a la moda, al dinero y a las compras) nos encontramos ahora con una gran influencia externa. No, no solo es la influencia de marcas y pasarelas diciéndonos que tenemos que usar, es algo mucho más fuerte: las opiniones de familiares, amigos y parejas.

¿Por qué tu estilo puede ayudarte a descifrar más sobre quién eres y mostrarlo con esa seguridad que todos añoramos?

Si sientes que no tienes estilo, es muy probable que solo te hayas dejado llevar por todos los ruidos externos. Por imposiciones en los medios, redes sociales, vitrinas u opiniones de terceros.  Y justamente ahí, es cuando el estilo nos puede ayudar, porque nos da una mano para regresar a vernos. Centrarnos exclusivamente en nosotros para cuestionarnos ¿cuál es mi personalidad?; ¿cuáles son mis verdaderos gustos?; ¿reflejo lo que yo quiero?; ¿cuáles son mis miedos o mis valores y cómo se reflejan en las prendas que decido utilizar?

Conocer tu estilo te da una especie de espectro personal, que solo te pertenece a ti y en donde puedes moverte con soltura y sobretodo, confianza. A partir de ahí sabes tus puntos de comodidad, las prendas que te hacen sentir única y segura. Y por supuesto, las piezas que te conviene evitar.   

Así que no, el estilo no es solo para unos pocos. Es un camino para conocernos y para todos. Aquí tienes algunas preguntas que pueden ayudarte en este proceso:  

  • Con qué clase de prendas te sientes: ¿autentica, cómoda, no tu misma (disfrazada)?
  • Colores que utilizas en tu día a día o colores que quisieras incorporar a tu armario.
  • Valores que quisieras que tu imagen refleje.
  • Prendas que te gustan pero que no te atreves a usar
  • ¿Tu estilo de vida te obliga a usar un tipo de prenda?

Si estás en busca de conocer tu estilo personal te dejo uno de mis servicios (Pronto, pronto incluirá una sesión que te llevará al lado más práctico del estilo personal.

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Periodismo de moda: ¿Una historia de empoderamiento femenino?

A lo largo de la historia el periodismo de moda ha sido duramente criticado infinidad de veces por su frivolidad. Por su poca relevancia o con el argumento de cubrir temas banales. Por otro lado, su fuerte vinculación con marcas o diseñadores, también ha sido uno de los factores para ahondar en el discurso de que el periodismo de moda se debe a marcas y al consumismo. Más allá de todo lo que se cree, y haciendo un análisis histórico y social, el periodismo de moda ha sido la conexión perfecta entre cultura, medios y sociedad. La escritura de moda ha hecho grandes aportes a la historia y a la cultura, especialmente cuando de mujeres y empoderamiento femenino se refiere.

Lugar en la sociedad

Las publicaciones de moda fueron de los primeros lugares en donde se abrió las puertas a la mujer trabajadora. Convirtiéndose en un espacio de oportunidad para muchas de ellas. Desarrollando algo de libertad financiera para la época y el gusto de poder construir una carrera. A pesar de que en un principio estos estudios y puestos fueron destinados a mujeres con recursos, fue una puerta que muchas mujeres supieron sacar provecho, como Audrey Withers. Ascendió al cargo de editora en jefe de British Vogue durante la Segunda Guerra Mundial. Se esforzó en transformar la revista en una guía para apoyar la causa aliada. Sus lectoras llegaron a ser «soldados sin armas».

Cecil Beaton War Photography. London. Publicada en British Vogue

Las revistas de moda como espacios de inclusión

Muchas revistas dieron espacios para crear comunidades femeninas, dedicaban páginas en las publicaciones o departamentos enteros de servicio diario a este objetivo. La meta era crear un espacio de interacción, de amistad y por supuesto contribuir al aire de camaradería entre mujeres. Para los años 50, las revistas también adaptaron enfoques de mayor apoyo a la posición social de la mujer, centrándose en políticas de empleo, temas polémicos para la época como sexo o violencia doméstica.

No se puede tapar el sol con un dedo. Existieron las revistas de moda conservadoras que fomentaban “el ser mujer” con reglas y normas sociales. Como la vida familiar, la maternidad o un comportamiento femenino específico. Muchas otras publicaciones de moda sirvieron como espacios de contracultura. Como por ejemplo la Revista Elle, que incluyó secciones como “Elle Travaille” o Ella Trabaja. También fueron los primeros en hablar de métodos anticonceptivos, divorcio y hasta daban lugar a los debates políticos. Además, que Elle Magazine fue símbolo entre las publicaciones como una revista que supo democratizar la belleza y la moda, dando consejos de cómo la mujer puede alimentar su amor propio y poder de decisión a través de su imagen.

Revista Elle 1964

 Ideales de belleza

Si bien es cierto que el periodismo de moda ha contribuido con opiniones sobre belleza y femineidad, esto no necesariamente se puede apreciar como algo negativo. Por lo contrario, fue fuente de inspiración para fortalecer valores feministas, al dar lugar a moldes y diseños que proclamaban la liberación e igualdad femenina en varias épocas de la historia. Como la conocida minifalda de Mary Quant en 1960 o el Wrap Dress de Diane von Furstenberg en los 70s.

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Zona de confort o un simple “no es mi estilo”

Cómo saber si estás tratando de salir de tu zona de confort o forzándote a utilizar prendas y colores que no son de tu estilo personal y esencia.

Esta es una de las eternas disputas dentro de la imagen personal. Digo eterna porque sin una guía adecuada es fácil terminar confundiendo estos dos escenarios. Y la confusión no solo puede nacer en la persona que está buscando mejorar o potenciar su estilo, sino también en la asesora de imagen. Las asesoras tenemos la capacidad de acompañar o de imponer. Cuando se hace lo segundo es cuestión de tiempo para que te des cuenta que algo no era parte de tu estilo.

Zona de confort vs confianza

Entonces ¿cómo saber o que debes hacer la próxima vez que estés en este dilema? Aquí voy a tomar un gran consejo de @anuschkarees y que lo pongo en práctica con las chicas dentro de mis servicios de asesoría cuando hablamos de estilo personal, de armario y/o compras.

Anuschka Rees nos hace caer en cuenta que la zona de confort no tiene que ver con tu estilo personal como tal o con las prendas sí. Y mucho que ver con el grado de confianza en ti misma. Ese grado, por suerte, puede variar. Y seguro que así lo has sentido en tu vida. Hay días que sentimos que nos comemos el mundo y que cualquier prenda sería perfecta. En cambio, hay otros días en los que el mismo conjunto u outfit ya no se ve, ni se siente igual.

Por ese camino, encontramos todos estos consejos sobre no ir de compras cuando estés estresada o no comprar prendas cuando estés triste. Y sobretodo, no te pruebes prendas o conjuntos que sean muy nuevos, o de riesgo para ti, cuando sientas que tus niveles de confianza no están del todo elevados.

¡Pista, pista!

 Y esa es la pista para poder darnos cuenta lo importante que es la confianza a la hora de chequear si la prenda es o no para nuestra esencia o estilo personal. Y como todas las respuestas están en nuestro interior (te suene cursi o no), pregúntate:

  1. Si pudiera callar de alguna forma, mágicamente, todas las voces externas, el que dirán en mi trabajo, mi familia, mi pareja, en la calle, etc., ¿usaría esta prenda?
  2. Si pudiera mudarme de país a algún lugar donde nadie me conozca y pudiera reinventarme de la forma que yo quisiera, ¿usaría esta prenda?

La lógica de este ejercicio para determinar si estás saliendo de tu zona de confort vs no es lo mío, es el apagar o desenchufar ciertas inseguridades externas que afectan nuestra confianza. Y cuando lo hacemos, queda lo más importante: nuestro verdadero sentir y gusto por la prenda.

Recuerda: el empezar a salir de tu zona de confort es un proceso, paso por paso o mejor dicho prenda por prenda. No tienes que sentirte obligada a sumergirte en una estética de los pies a la cabeza, aunque te guste como se ve. Si se te dificulta, empieza con algún elemento, textura o color.

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¿Tienes una imagen digital que cuidar? Mejora tu imagen (digital) con estos consejos.

Ajá, a que no sabías que también tienes una imagen digital a la que ponerle algo de atención. Esta es la principal razón por la que no estoy de acuerdo cuando me dicen que después de la pandemia o durante el confinamiento, la imagen personal ha pasado a un segundo lugar. No solo porque nuestra imagen personal debe venir desde un lugar interior, sino porque ya en la práctica no es así. Dentro de nuestra imagen personal, ahora tenemos una arista más, nuestra imagen digital. Hoy por acá vengo hablarles un poco más sobre imagen y estrategias de comunicación.

Si te interesa aprender a combinar la imagen personal con tu comunicación y expresión, prueba mi servicio Fortalece tu Imagen Pro.
Si te interesa aprender a combinar la imagen personal con tu comunicación y expresión, prueba mi servicio Fortalece tu Imagen Pro.

Siempre lo digo, estamos comunicando todo el tiempo a través de nuestra imagen personal. Y con las redes ahora sí que lo hacemos non-stop, es decir nunca paramos, las 24 horas, a través de lo que subimos a nuestros perfiles, a través de lo que comunicamos cuando nos conectamos a nuestras reuniones en Zoom o como llevamos nuestras marcas digitales personales.

Delante de la cámara

Empecemos porque hemos tenido un aumento exponencial frente al lente de las cámaras, aunque sea delante de las llamadas de Zoom. Antes, era necesario tomar en cuenta nuestros perfiles en redes más profesionales como Linkedin o Facebook, pero con eso ya no basta.  

Primer y gran consejo: mira tu entorno laboral. Sí, ese fondo que parece totalmente inadvertido, pero importa y mucho. Tiene un efecto directo en la percepción que tienen los demás sobre ti. Así que mejor y tener algo de control sobre el mensaje que está enviando. Pregúntate: ¿qué dice de ti los elementos detrás, tu decoración o la iluminación del lugar?

Expresión y lenguaje corporal

¡Importa! El uso de tus manos para poder expresarte mejor, la distancia entre tu rostro y la cámara, el tono con el que te diriges a tus jefes, compañeros o clientes. Solo por ponerte un ejemplo. Recuerda que el cerebro asume que estás en persona, así que es igual de importante.  

Tu imagen prendas y colores

Y por último, algunos consejitos dentro de la imagen personal. Entre esos la elección de colores. Sabemos que cada color tiene una conexión psicológica a la que le podemos sacar ventajas según lo que queramos expresar. O según nuestros objetivos al momento de comunicar un mensaje específico. Los colores comunican, pero también los prints y diseños. Cuidado con los efectos visuales como patrones y texturas. Flores o cuadros muy grandes pueden llegar a distraer. Nada de rayas de alto contraste o cuadros finos pues pueden llevarte al efecto moiré en la cámara. Ese efecto en donde parece que tu ropa tiene movimiento. Asimismo, cuídate de las sedas y satines, pues pueden reflejar la luz de formas que no te beneficien.

Recuerda, prendas más estructuradas si requieres de mayor seriedad y rigidez, mientras que atuendos más casuales si te quieres ver accesible, amigable y conversacional. Espero que estos tips te ayuden y te motiven a llevar tu imagen digital a otro nivel.

Prendas y Estilo

Estas son las mentiras que seguro ya te contaste sobre tu estilo personal

¿Cuáles son los mitos que se piensa del estilo personal? Te advierto que los hay por montones y aquí te resumo algunos que pueden estar saboteando tu imagen y estilo.

Tener estilo cuesta demasiado

Alguien con estilo obviamente tiene mucho dinero para poder comprar prendas de diseñador, marcas costosas o cada una de las diferentes tendencias que llegan todos los meses a las vitrinas de las tiendas. Y la única forma de verte con estilo es teniendo este tipo de prendas y accesorios… Obviamente, no hay nada más alejado a la realidad. No porque algo sea más caro, significa que tenga estilo, no es garantía de nada.

Requiere demasiado esfuerzo

Para tener estilo hay que vestirse para impresionar. Tienes que siempre estar pendiente de cada una de las tendencias, lo que está IN y OUT cada mes. Seguir y rodearte de fashion bloggers, revistas de moda, influencers.

Otra gran mentira…

El estilo es lo que tú haces de él, es decir tú tienes el control. Hay un espectro de esfuerzo en cada estilo y lo ideal es encontrar el punto en donde no te sientas obligada a nada.

Prendas y Estilo

Requiere cero esfuerzos

Ahora nos vamos al otro extremo, porque también es un mito importante a la hora de hablar de estilo. Muchos piensan que el tener estilo viene sin ningún tipo de esfuerzo. Entonces, ven a personas “con estilo” y piensan que son deliberadamente así.

Y el estilo requiere de trabajo de introspección, de conocerse muy bien, seguridad y saber adaptarlo a las etapas de la vida. De aquí también nace otra gran mentira: descifro mi estilo y ya está. Pero, así como es parte de nosotros, el estilo personal es dinámico. Una vez que conozcas tus estilos puedes ir variando entre ellos, así que es incorrecto etiquetarte en uno.

El estilo es moda

Ya revisamos el mito de que tienes que comprar tendencias para tener estilo, pero dentro de la confusión entre moda y estilo hay más mentiras a las que ponerle ojo. No tienes que amar la moda para poder tener estilo, no tienes que consumir moda todo el tiempo para poder desarrollar tu estilo. Y por lo mismo, no tienes que usar prendas extravagantes o muy diferente para sentir qué tienes estilo. Lo diferente está en apreciar lo que te hace ser tú y no obligarte a nada más.

Y todo esto para…

Para decirte que el estilo personal es solo eso, personal. Yo puedo contarte todos los mitos y mentiras, puedo darte recomendaciones como Asesora de imagen, pero eres tu quien tendrá la potestad de decidir que te beneficia y que no, que suena a ti y a tu esencia. Así que hoy te motivo a que busques tu estilo personal, con mucha paciencia, con guía y descubras una parte de ti.

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¿Por qué todos necesitamos un asesor de imagen? (Especialmente Post Pandemia)

Para darte una mini introducción (y de una vez ir eliminando mitos), al escuchar asesoría de imagen, Personal shopper, stylist, nuestra mente nos lleva directamente al costo. Asociamos este tipo de servicio con celebridades, políticos o personas en el medio que necesitan gozar de una buena imagen externa. Además, personas que obviamente tienen el dinero para poder acceder a un servicio tan “exclusivo”. Y se entiende, porque en el pasado esta situación era popular, pero ya no. Hoy pasó de ser una exclusividad a una necesidad, así que te cuento porque todos necesitamos un asesor de imagen en nuestras vidas (sí, inclusive yo) y más aún después de la pandemia.

Somos más visuales

Hoy más que nunca la imagen es percepción y comunicación. El uso de redes sociales y plataformas virtuales para poder conectarnos, socializar y trabajar hizo que nuestra imagen personal ahora esté comunicando las 24 horas del día. Ya no hay dónde esconderse. Si queremos cumplir con ciertos objetivos y propósitos en nuestra vida, la imagen personal puede ser un aliado imprescindible.  

Estar comunicando siempre, nos lleva a otra de las razones por las que ahora es cuando necesitamos aliarnos con nuestra imagen personal. Un motivo más interno, y es que también estamos recibiendo siempre impactos visuales de terceros. Si no son bien manejados pueden llevarnos a una comparación constante. Algo que solo puede afectar nuestra autoestima y autopercepción. El asesor de imagen es una figura externa a tu vida y por lo tanto imparcial, que tiene los conocimientos para guiarte hacia una aceptación. Unir quien eres con quien quieres ser.

¡Lo necesitas hoy!

Y es que los efectos post pandemia en nuestra imagen personal ya los estamos viviendo hoy, en nuestros trabajos, en nuestra motivación para quedarnos en casa y frente a lo que vemos en el espejo todos los días. No han faltado en mi consulta y a través de las redes sociales, personas que me hacen saber cuánto les está costando regresar a su imagen previa al Covid. A quienes sentían que eran antes de la pandemia. Y ahí esta el problema, pensar que todo tiene que volver a ser como lo era. Lo que ves en el espejo ya no concuerda con lo que vives o sientes por dentro.

Y es que sí, la imagen personal es el reflejo de nuestras emociones y cuando no concuerdan es cuando la motivación desaparece. Al comprender todos los conceptos que componen nuestra imagen interna, se puede explorar cómo crear conscientemente lo que se quiere en el exterior. Adaptarla a nuestros propósitos y objetivos deseados actuales. Así que, si te sientes algo perdido después de la pandemia con tu imagen personal, recuerda que el proceso de una asesoría de imagen te acompaña a explorar de adentro hacia afuera. A crear una fuerza interior que se refleje en nuestro exterior y adaptarte a los momentos de cambio.